Federica

Federica, Pipi de cariño:
la gatita siamés bonita y especial. Decidió irse, quinceañera... se fue, se perdió entre las luces,
Pipi, una gatita vichera, adoradora de bollitos de papel, tras los cuales corría, se perdía, traviesa y juguetona.
Pipi, la pequeña romántica, la felina melancólica, de mirada triste y lastimera. Sus ojos, perdidos, curiosos se perdían tras los frágiles ruidos de la noche.
Ella, la de ojos azules, intensos, de mirada desviada, al mismo tiempo lejana... ella se fue, por la puerta de un armario, la puerta del cielo, la puerta del tesoro perdido, se fue al mundo de las eternas curiosidades.
Pipi, aquella que visitaba tras largas horas de la noche, exigiendo caricias, como una reina que ordena tributo. Ella era así, extraña y frágil.
Su colita dobladita en la punta, como un ganchito, era su talón de aquiles.
Pipi ya se fue, silenciosa, tal como era, tímida y esquiva. La "mapache", como gustábamos llamarla, por su parecido, atravesó el túnel mágico de la vida, para sumergirse al cielo maravilloso del que quizás había surgido...con su pelaje chocolate casi negro,  luminoso y suave...
Querida "mapache", te extrañamos.